sábado, 5 de diciembre de 2009

I

Ha huido el amor
El estremecimiento
La conciencia del aire
El alma obnubilada
Las caricias
El sentido del mundo

Ha huido el amor
Es cómodo el sofá
Donde sola me estiro
Nada me pertenece
Nada me ata
Es cómodo el olvido

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizá, como felinos esquivos y traviesos, haya tantas cosas que pretenden ocultarse
hasta cuando simplemente miremos hacia otro lado
sin esperar que respondan
ni mirar en su dirección.